En estas líneas trataremos de cómo regula el cuerpo la producción de glóbulos rojos en la médula ósea y cómo ciertos factores, como la eritropoyetina (EPO), la actividad física y la altitud, influyen en esta producción. Además, discutiremos cómo algunos deportistas han utilizado estrategias para mejorar su rendimiento muscular mediante la manipulación de los niveles de glóbulos rojos en su sangre.
Regulación de la producción de glóbulos rojos
La
producción de glóbulos rojos, también conocidos como eritrocitos, se encuentra
bajo un estricto control en el cuerpo. Una hormona clave en este proceso es la
eritropoyetina, que es producida por los riñones. Cuando los niveles de oxígeno
en la sangre disminuyen, los riñones detectan esta falta de oxígeno y responden
produciendo eritropoyetina.
Estímulo de la producción de glóbulos rojos
La
eritropoyetina es una señal para la médula ósea roja, donde se produce la mayoría de
los glóbulos rojos, para que aumente su producción. Esto se hace para
garantizar que el cuerpo tenga suficientes glóbulos rojos para transportar el
oxígeno necesario a los tejidos y órganos.
Factores que aumentan la producción de glóbulos rojos
Existen ciertos factores que pueden estimular la producción de glóbulos rojos
en el cuerpo:
- Ejercicio muscular: La actividad física intensa aumenta la demanda de oxígeno en
los músculos, lo que puede estimular la producción de eritropoyetina y,
por lo tanto, la formación de glóbulos rojos.
- Temperatura ambiente: Las condiciones de calor extremo también pueden estimular la
producción de eritropoyetina, ya que el cuerpo necesita un suministro
adicional de oxígeno para regular la temperatura corporal.
- Altitud elevada: Vivir en zonas de gran altitud, como el Himalaya o los Andes,
donde la concentración de oxígeno es menor, puede provocar un aumento en
la producción de glóbulos rojos para compensar la disminución de oxígeno
en el aire.
Uso en el deporte y su regulación
Algunos atletas han aprovechado este conocimiento para mejorar su rendimiento. Entrenan en lugares de gran altitud para aumentar su producción de glóbulos rojos. Esto es perfectamente legal.
Después, algunos deportistas tramposos,
se someten a extracciones de sangre regulares, almacenando la sangre rica en
glóbulos rojos. Durante la competición, reciben transfusiones de su propia
sangre para mejorar la oxigenación de sus tejidos y, por ende, su rendimiento
muscular.
Es importante destacar que estas prácticas están prohibidas
en la alta competición, y se monitorean los valores de hematocrito para evitar
niveles extremadamente altos que puedan ser perjudiciales para la salud. La
integridad deportiva y la seguridad de los atletas son prioridades
fundamentales en el deporte profesional.
Actualmente, los deportistas están sometidos a estrictos controles médicos que permiten detectar tanto las autotransfusiones de sangre como el uso de otras sustancias ilegales que mejoren su rendimiento físico.
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